En 1921 nadie se atrevía a dudar de la validez del colonialismo como medio de paz y civilización. Sin embargo, una voz se alzó, la de René Maran, escritor antillano, funcionario del Ministerio de Colonias, que denunció los abusos en el África Ecuatorial francesa y las fechorías del imperialismo. Su novela mantiene toda la actualidad, tanto por los tenaces prejuicios que sigue cuestionando como por los derechos que reivindica.
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