Un texto que relata el encuentro de la pequeña Marina con el diablo en la habitación de su hermana, donde se refugiaba para leer libros prohibidos. Con una prosa burlona, ora exaltada, ora gélida, pero siempre hechizante, la poeta relata el despertar de su fascinación por las palabras, encarnadas en la figura del diablo, que su implacable mirada transforma en una criatura tan temible como seductora.
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