Un código sedreto preside instituciones escolares, empresas, familias, colectivos humanos de todo tipo; viene expresando en forma de rotunda consigna: prohibido pensar! Las razones, las preguntas, la crítica, la curiosidad, el análisis..., todo ello ejemplo de reflexión, está perseguido, porque los mitos, las costumbres, los prejuicios, las ordenes, las emociones, las prisas,... ahogan la posibilidad de discurrir.
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